
Eres un explorador dentro de una cámara desde la que inicia tu viaje a un mundo surrealista. En esta obra de puzles en primera persona combinada con plataformas, todo es engañoso: pasillos se curvan, se reconfiguran y van en círculos según la dirección que mires. Deberás aprender las reglas de este espacio no euclidiano, donde nada es lo que parece.
A medida que desarrollas tu viaje, obtienes la “pistola de materia” con diferentes colores que te permite manipular cubos: desde crearlos hasta moverlos en línea o multiplicarlos. Esto abre puertas, bloquea rayos láser o crea plataformas. No hay tutoriales, solo proverbios en las paredes que te guían. El nivel final te reta a usar todas las mecánicas aprendidas para capturar un cubo negro y activar tu salida.
La experiencia está impregnada de simbolismo filosófico y atmósfera minimalista, con un diseño artístico limpio y música ambiental que evoluciona según el avance.
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